FASE 2. Analizar la viabilidad

¿Qué pasos debemos completar?

PASO 1: Valorar la disponibilidad de la población

Cualquier intervención en salud, sea de reducción de la demanda de drogas o de cualquier otro ámbito, necesita la implicación de la población. Si una población es reticente a participar o, incluso, a recibir los pretendidos beneficios de una intervención, será muy difícil llevarla a cabo y aun más conseguir que logre los resultados esperados. Por ello, conocer su disponibilidad inicial es un elemento fundamental para valorar la viabilidad de una intervención.

La disponibilidad de la población suele medirse por su intención e interés para involucrarse o recibir una intervención. En definitiva, se trata de conocer la relevancia cultural que tienen la intervención para esa población. Esta valoración debería realizarse tanto para la población diana como para la población intermediaria, así como para las diferentes personas involucradas (stakeholders).

La intención de la población para participar en una intervención está influenciada básicamente por sus percepciones sobre la problemática de drogas en su territorio, por su valoración de las actuaciones que se han realizado o se prevé realizar para reducir esa problemática y por su capacidad para implicarse en la intervención. En este sentido, conviene explorar dimensiones como:

  • Los conocimientos, las creencias y las preocupaciones acerca de las drogas en su territorio.
  • Su experiencia previa que en intervenciones similares.
  • Las expectativas sobre las características y los resultados de la futura intervención.
  • La percepción sobre la prioridad que la comunidad, el sector político y/o el legal otorgan a los problemas relacionados con el consumo de drogas.
  • La percepción que tienen las personas sobre sus recursos y capacidades necesarias para implicarse en la intervención.
  • Las motivaciones que les llevarían a participar en la intervención o a rechazarla.

Este momento también se puede aprovechar para recopilar información sobre las preferencias que la población tiene sobre la futura intervención que puede ser útiles cuando posteriormente planifique la actuación. Esta es una manera de incorporar el criterio de la población en el diseño del proyecto. +

Las técnicas de investigación cualitativa suelen ser muy adecuadas para recopilar este tipo de información. Nos referimos a las entrevistas, los grupos de discusión, las sesiones de observación, entre otras. +

Al iniciar un estudio para recopilar esta información es importante plantearse algunas consideraciones como son: el perfil más adecuado de los informantes según la información que desee conseguir, las estrategias para captar a los informantes, los instrumentos de recolección de información, la planificación de la recopilación de datos, el análisis e interpretación de los resultados y la redacción de un informe con las conclusiones más relevantes. Para realizar estas tareas se necesitan unos mínimos conocimientos metodológicos y disponer de ciertos recursos económicos y de tiempo. Por ello, sería bueno saber si en su territorio existe ya algún estudio similar reciente. De no ser así, debería indagar la disponibilidad de su población.

Una vez que disponga de la información puede clasificarla según las facilidades y obstáculos de la población para participar. De esta manera, podrá cotejar la disponibilidad de la población y proponer medidas para afrontar las dificultades detectadas. Por ejemplo, puede ocurrir que la población tenga unas expectativas poco realistas respecto a los resultados de la intervención, y por ello, se niegue a participar. En este caso, una medida para superar este inconveniente podría ser facilitar información clarificadora a la población para ayudarle a tener unas expectativas más ajustadas a realidad previsible. Paso@Paso le sugiere una herramienta que puede utilizar para valorar la disponibilidad de la población una vez haya recopilado la información. +