FASE 4. Seleccionar el enfoque teórico
¿Qué pasos debemos completar?
Paso 1: Seleccionar el enfoque o enfoques teóricos en los que se basará la intervención
¿En qué se basa?
Este modelo explica los factores que predicen la ejecución de conductas relacionadas con la salud, fundamentalmente los comportamientos preventivos. Sus elementos fundamentales son la susceptibilidad percibida, la severidad percibida, los beneficios percibidos y las barreras percibidas. La probabilidad de realizar una conducta de salud está determinada por el balance entre los costes y los beneficios anticipados de dicha conducta y por la amenaza percibida de la enfermedad. Así, para que una persona tenga una mínima motivación para ejecutar la conducta debe percibir que su salud corre un cierto riesgo y que la conducta a realizar para reducir el riesgo, presenta más ventajas que inconvenientes. Además, deberá sentirse capaz (tener percepción de autoeficacia) para llevar a cabo las conductas necesarias para proteger la salud o prevenir el problema potencial.
La concurrencia simultánea de la percepción de una amenaza para la salud y la creencia en la posibilidad de reducir esa amenaza favorecen la adopción de determinados patrones de conducta, que conducirán a la conservación y mejora de la salud, a la evitación de situaciones de riesgo y a la prevención de enfermedades.
¿Qué determinantes permite trabajar?
Fundamentalmente determinantes de tipo personal. En particular diferentes tipos de creencias, como la amenaza percibida (percepción de un peligro personal para la salud), el riesgo percibido (probabilidad percibida de estar en riesgo de adquirir una enfermedad), la gravedad (grado de importancia que la persona concede a las consecuencias orgánicas, psicológicas y sociales de enfermar) o los beneficios y costes percibidos (consecuencias percibidas positivas o negativas de la conducta preventiva). Pero también contempla un determinante de entorno, como son las claves para la acción: un conjunto de señales externas e internas que se activan o actúan como desencadenantes de la amenaza percibida, como las campañas en los medios de comunicación (señal externa) o la percepción de síntomas (señal interna).
Implicaciones prácticas
De este modelo se desprende la importancia de evaluar y trabajar la percepción de riesgo en relación a los problemas de salud como una variable predictora del comportamiento. Por ejemplo, incrementándola mediante acciones que aumenten su conciencia y permitan hacer evaluaciones realistas del mismo. También se desprende la conveniencia de anticipar a las personas los beneficios potenciales de realizar determinadas conductas favorecedoras de salud y de ayudarles a superar las barreras percibidas para, de ese modo, posibilitar su ejecución. Asimismo, supone una guía de utilidad para planificar actuaciones de educación para la salud, especialmente en el ámbito escolar.
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