FASE 4. Seleccionar el enfoque teórico

¿Qué pasos debemos completar?

Paso 1: Seleccionar el enfoque o enfoques teóricos en los que se basará la intervención

TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS PARA LA DEPENDENCIA DE OPIACEOS

¿En qué se basa la desintoxicación?

La supresión del consumo continuado de opiáceos o la administración de algún antagonista provoca un Síndrome de Abstinencia a Opiáceos (SAO), caracterizado por un conjunto de signos y síntomas de distinta intensidad y gravedad, en función del grado de dependencia. El SAO suele comenzar entre 8-10 horas tras la última dosis y llega a su máximo en 36-72 horas, tiempo en el que pueden observarse síntomas como: calambres musculares, rinorrea, lagrimeos, bostezos, dilatación pupilar, taquicardia, hipertermia o hipotermia, hipertensión, acompañados de ansiedad y de un deseo más o menos compulsivo de consumir de nuevo. Las complicaciones graves son escasas, salvo en abstinencias agudas inducidas por antagonistas si no son tratadas.

Se utilizan fármacos específicos o sintomáticos de forma programada para prevenir la aparición de sintomatología, bien por su potencial gravedad o principalmente con el objetivo de proporcionar el mayor confort posible al paciente para así favorecer su motivación y adhesión al tratamiento.

Las pautas clásicas de desintoxicación se basan en el uso de agonistas opiáceos, antagonistas alfa-2- adrenérgicos y tratamiento farmacológico sintomático. Los fármacos más utilizados son: metadona, buprenorfina, mezcla de metadona/buprenorfina y clonidina. Las pautas de desintoxicación corta (entre 4 o 5 días) suelen incluir el uso de naloxona, clonidina y naltrexona.

¿En qué se basa la deshabituación?

En el tratamiento de deshabituación de los opiáceos se llevan a cabo, además de intervenciones de tipo psicológico y social, diversos tratamientos farmacológicos:

  • Naltrexona (antagonista opiáceo). Evita que el adicto experimente los efectos reforzadores asociados al uso de heroína u otros opiáceos. Con ello se pretende que la ausencia repetida de los efectos buscados (euforia, etc.) y la percepción de la inutilidad de consumir drogas para tal fin, lleven a la extinción de esa conducta.
  • Metadona, Buprenorfina (agonistas opiáceos). Inducen niveles estables de opiáceos en el cerebro, comportando una reducción importante del deseo de consumir heroína u otros opiáceos y de sus efectos eufóricos en caso de hacerlo.