Fase 6. Definir el plan de evaluación

¿Qué hay que hacer?

Para establecer el plan de evaluación de la intervención es necesario haber definido previamente sus objetivos y actuaciones, ya que, en términos generales, la evaluación se desarrolla para comprobar si la intervención se ha implementado tal y como se había previsto y si ha logrado alcanzar sus objetivos. Si ha planificado su intervención siguiendo la secuencia lógica propuesta por Paso@Paso ya habrá completado las fases correspondientes a la definición de los objetivos y del plan de actuación, por lo que estará en disposición de analizar y establecer cómo va a evaluar la intervención.

Es posible que al pensar en la evaluación se plantee si tiene los recursos económicos y técnicos necesarios para llevarla a cabo. Ciertamente, evaluar requiere algunos requisitos, pero no es menos cierto que prácticamente siempre se pueden cumplir en un grado suficiente para hacer viable algún tipo de evaluación. La información de esta fase le ayudará a determinar qué tipo de evaluación puede resultarle más útil.

Antes de analizar qué evaluación es más adecuada para su intervención, tómese un tiempo para reflexionar sobre la siguiente cuestión: ¿Para qué evaluar si muchas intervenciones no se evalúan y, con frecuencia, las decisiones políticas para ponerlas o no en marcha no se sustentan en los resultados de las evaluaciones? Reflexionar sobre la pregunta anterior puede llevarle a pensar que invertir esfuerzos en la evaluación implica apostar por una tarea que no ha gozado de mucho crédito en el pasado. Afortunadamente, en los últimos años esta perspectiva ha cambiado entre el sector profesional y está cambiando también en el ámbito político, haciendo que actualmente se entienda como una mala praxis iniciar una intervención sin haber planteado previamente su evaluación. Así pues, retomando la invitación a la reflexión que encabeza este párrafo, entre otras razones, es necesario evaluar por:

  • Compromiso ético. Para garantizar que la intervención se apoya en fundamentos razonables para permitir alcanzar en la población los beneficios pretendidos. Por eso, en fases anteriores de Paso@Paso se ha aportado información sobre la evidencia disponible acerca de diferentes enfoques y estrategias de actuación en reducción de la demanda de drogas. Además, hay un compromiso ético y de transparencia en mostrar cómo se ha empleado el dinero para costear la intervención, en especial si procede de fondos públicos.
  • Responsabilidad profesional. Saber qué ha funcionado en una intervención, y qué no, incrementa el conocimiento y genera confianza. Este mayor conocimiento y seguridad le ayudará a tomar decisiones más racionales y objetivas en futuras intervenciones, y tal vez también en la actual. Cuando se implementa una intervención se generan siempre expectativas sobre sus resultados y surgen inquietudes sobre sus consecuencias. A menudo, la carencia de evaluaciones comporta asumir expectativas poco realistas (ej.: se esperan lograr cambios desorbitados o demasiado pronto), además de obviar posibles efectos no deseados. Cuando se tiene el hábito de evaluar se aprende que, a menudo, los cambios son limitados y que muchas veces requieren del paso del tiempo para observarlos.

Cuando finalice esta fase...

  • Conocerá qué indicadores debe considerar para tener un visión de la eficacia de la intervención.
  • Dispondrá de un plan para recopilar, analizar e interpretar los resultados de la intervención.

Si no se completa correctamente esta fase existe el peligro de...

  • Desconocer las debilidades y fortalezas que condicionan su intervención.
  • Desconocer por qué se han producido los resultados obtenidos y no poder dar una explicación sobre la eficacia o efectividad de su intervención.
  • Perder la posibilidad de ajustar la intervención mientras se está realizando.
  • Desprestigiar la intervención.