FASE 5. Definir el plan de actuación
¿Qué pasos debemos completar?
Paso 1: Concretar las acciones de la intervención
Las salas de consumo supervisado permiten establecer contacto con algunos de los toxicómanos más conflictivos y problemáticos y pueden actuar como puerta de entrada a los servicios asistenciales y de tratamiento a las drogodependencias, pudiendo incorporar también objetivos relacionados con minimizar las molestias que los usuarios de drogas pueden causar en el entorno social1.
Estos dispositivos reducen las conductas de riesgo relacionadas con la inyección, siendo menor la evidencia de su contribución a la reducción del VIH, del VHC y de la mortalidad2. La evidencia disponible sugiere que:
Los beneficios de estos dispositivos superan a los riesgos, si bien sus objetivos alcanzables son modestos. La evidencia sugiere que sólo tienen sentido y pueden ser eficaces si: a) forman parte de una política pública y una red de servicios orientada a reducir los daños individuales y sociales derivados del consumo problemático de drogas; b) se basan en el consenso y la cooperación activa entre los principales actores locales, y en particular los trabajadores de la salud, la policía y las autoridades locales y comunitarias; y c) son vistos como servicios específicos orientados a reducir los problemas de salud y sociales en determinadas poblaciones de usuarios problemáticos de drogas de alto riesgo y para hacer frente a necesidades que otros abordajes no pueden lograr1.
Si planea poner en marcha un dispositivo de este tipo le puede ser útil consultar el Manual de Buenas Prácticas para la apertura de una Sala de Consumo Supervisado elaborado por la organización Médicos del Mundo.
Referencias:
© COPOLAD. Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea en Políticas sobre Drogas