FASE 5. Definir el plan de actuación
¿Qué pasos debemos completar?
Paso 1: Concretar las acciones de la intervención
Las terapias cognitivo-conductuales, tanto en formato individual como grupal, + son generalmente más efectivas que otras modalidades psicoterapéuticas y farmacológicas por separado y su eficacia aumenta en tratamientos multicomponentes1.
Entrenamiento en habilidades de afrontamiento. Esta modalidad de intervención es efectiva en el tratamiento de las conductas adictivas, especialmente cuando se emplea integrada en programas amplios y multidisciplinares. Este abordaje, sobre todo formando parte de programas multimodales más amplios, es uno de los elementos más eficaces para el tratamiento de la dependencia del alcohol y/o de la cocaína1.
Prevención de recaídas. La prevención de recaídas es efectiva en el tratamiento de la dependencia de las drogas1, cuando se utiliza dentro de programas de tratamiento más amplios.
Manejo de contingencias. En el tratamiento de la dependencia a los opiáceos, ya sea con programas de metadona / naltrexona o de tipo psicosocial, las intervenciones basadas en el manejo de contingencias (entrega de incentivos contingentes a analíticas negativas, a la asistencia a las sesiones de tratamiento o a la implicación en actividades alternativas o incompatibles con el uso de drogas) son sumamente eficaces para aumentar la retención y fomentar la abstinencia a las drogas2. Además, las intervenciones basadas en manejo de contingencias también mejoran la retención y reducen las recaídas en el tratamiento de la dependencia del alcohol, la cocaína, la marihuana y otras drogas1.
Programas de reforzamiento comunitario. El tratamiento con programas de reforzamiento comunitario más una terapia de incentivos es eficaz para el tratamiento ambulatorio de la dependencia a la cocaína, el alcohol y los opiáceos (incrementa las tasas de retención en programas ambulatorios y reduce el consumo de drogas)1,2.
Terapia cognitiva. La terapia cognitiva de Beck se ha mostrado superior al no tratamiento en las conductas adictivas, aunque no superior a otras modalidades psicoterapéuticas1.
Terapia conductual familiar y de pareja. La terapia conductual de pareja, dirigida a mejorar las relaciones familiares, contribuye a mejorar las tasas de abstinencia en los tratamientos de las drogodependencias. Por ello, a los pacientes que conviven con parejas no consumidoras de drogas debería ofrecérseles terapia conductual familiar y/o de pareja1.
Referencias:
1 Becoña E y Cortés MT. (2011). Manual de adicciones para psicólogos especialistas en psicología clínica en formación. Barcelona: Socidrogalcohol.
2 National Institute on Drug Abuse (NIDA). (2010). Principios de tratamiento para la drogadicción: Una guía basada en las investigaciones. Washington: National Institute on Drug Abuse.
© COPOLAD. Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea en Políticas sobre Drogas